LA LEVANTÁ

 LA LEVANTÁ

La acción de levantar el paso y arriarlo, que así se denomina a bajar el paso, está compuesto por varias fases. En éstas, la técnica postural es de gran importancia, refiriéndose a la posición de la espalda, las rodillas y la contracción del core (músculos abdominales y lumbares). 

1ª fase: colocarse en el palo

Al primer golpe de martillo del capataz, se les ordena a los costaleros que coloquen la séptima vértebra cervical sobre la trabajadera, asegurándose de protegerla con el costal. El objetivo es adoptar una postura adecuada para recibir la carga pesada del paso. Para lograrlo, el costalero utiliza principalmente la musculatura del cuello, flexionando la cabeza aproximadamente de 25 a 30 grados.

Trata de mantener la espalda recta, aunque ligeramente inclinada en relación a la trabajadera, y flexiona la cadera para lograrlo. Al mismo tiempo, con el fin de mantenerse dentro de la trabajadera, el costalero adelanta y extiende una pierna mientras atrasa y flexiona la otra, creando así una base de sustentación adecuada.



 2ª fase: meter riñones 

Cuando el capataz da el segundo golpe de martillo, se les manda a los costaleros a posicionarse mirando hacia adelante, de modo que el costal forme un ángulo de 90 grados con respecto a la trabajadera. El objetivo es colocar la columna vertebral perpendicular a la trabajadera, manteniendo sus curvaturas naturales. Durante este proceso, ambas piernas se flexionan, siendo común que una esté
Sin embargo, algunos autores, como Sarmiento Ó., describen una postura más fisiológica que consiste en mantener las piernas al mismo nivel, con el ángulo de Fick habitual. Según esta perspectiva, mantener las piernas al mismo nivel ayuda a mantener la espalda recta con mayor facilidad que si se adelanta una de las piernas ligeramente más adelantada que la otra, pero menos que en el momento anterior. El apoyo se realiza solo en el antepié de la pierna que está más retrasada.

                                                                                                                                                                                                            








3ª - 4ª fase: levantá

Durante el esfuerzo del impulso, se produce una serie de cambios en el cuerpo. La glotis se cierra, lo que resulta en una disminución del retorno venoso y un aumento de la presión en el sistema venoso cefálico. Esto provoca una disminución en el retorno de sangre al corazón y una reducción en la cantidad de sangre en los alvéolos pulmonares. Además, se produce un aumento en la resistencia de la circulación menor y una repleción de los plexos venosos. Esta fase no debe prolongarse en exceso para evitar posibles complicaciones.

Tenemos que tener en cuenta, que, antes de la tercera fase, hay una fase de transición que es el salto. La fase descrita es el momento culminante del proceso de levantar un paso. Durante este período, el movimiento principal se encuentra en la parte inferior del cuerpo, mientras que la parte superior se mantiene en posición desde el segundo momento de la "levantá". Tanto la musculatura de las piernas como la del pie desempeñan un papel fundamental, ya que actúan como un brazo de palanca para generar la fuerza necesaria para el salto. Durante este salto, se pasa de una flexión de cadera, rodilla y tobillo a una extensión de todo el miembro inferior. El salto puede ser completo, levantando los pies del suelo, o de menor alcance, manteniendo solo el contacto con el antepié.

Después del salto, llega el momento de recibir la carga, por lo que el miembro inferior vuelve a flexionarse ligeramente para contribuir a la amortiguación y evitar que todo el peso recaiga sobre la columna vertebral, previniendo así numerosas lesiones.Según Hermosilla Molina El bíceps junto con los peroneos por la cara externa, y el tibial posterior, tienen una ponencia de 6,5kg, siendo éstos los que realicen la máxima potencia muscular cuando se efectúa la carga, y en última instancia, los arcos, internos, externos y anterior del pie.

Debido a la contracción del tríceps, asciende el talón y se produce el impulso motor de la marcha en una palanca de segundo grado. Ésta lo forman: la bóveda interior del pie, que queda en la zona anterior, la fuerza muscular de la pierna, que queda posterior, y, por último, el peso del cuerpo que coincide con el centro.

Finalmente, con una posición erguida, la espalda perpendicular a la trabajadera y la mirada hacia adelante, se reanuda la marcha.


“Levantá a pulso” o “arriá a tierra”

En esta, el ritmo del trabajo es más lento de lo habitual, parece que el paso no se levanta.En esta fase se debe mantener la mirada la frente y realizar el máximo esfuerzo durante el minimo tiempo posible. Consiste en levantar y arriar el peso con las rodillas flexionadas; bajo ningun concepto se debe flexionar el tronco hacia delante.






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